El costo oculto del estiércol: cómo la ganadería está perdiendo agua, dinero y energía por no tratar sus residuos
Y en el centro de todo hay un problema que pocas veces se discute, pero que afecta a todos los ranchos: el manejo del estiércol.
El estiércol mal tratado no solo genera olores o suciedad; puede representar un riesgo económico, ambiental y operativo enorme.
1. El verdadero costo del estiércol mal manejado
La mayoría de los ranchos ven el estiércol como un “desecho” más. Pero cuando no se maneja adecuadamente, causa impactos que sí cuestan dinero:
- Contaminación de fuentes de agua subterránea.
- Aumento de la DBO y DQO muy por encima de la norma.
- Multas ambientales y sanciones por parte de autoridades.
- Problemas con comunidades cercanas y autoridades locales.
- Olores que afectan la calidad de vida del entorno.
- Mayor riesgo de enfermedades y vectores.
Y quizá el punto más importante: se pierden miles de litros de agua que podrían reutilizarse todos los días.
2. El estiércol también es agua (y se está desperdiciando)
En la mayoría de los establos, corrales y granjas, la limpieza diaria requiere grandes cantidades de agua. Esa mezcla (agua + sólidos) se va a fosas, lagunas o corrales, donde:
- contamina el suelo y los cuerpos de agua,
- se fermenta y genera gases de efecto invernadero,
- aumenta la carga orgánica,
- y obliga al rancho a usar más agua limpia para seguir operando.
Con un sistema adecuado, ese líquido puede recuperarse y reutilizarse, reduciendo el consumo total de agua del rancho entre un 20 % y 40 %, dependiendo del sistema y la escala.
3. El estiércol es energía que se está perdiendo
El metano que sale del estiércol no tratado no solo contamina: es energía desperdiciada.
Un biodigestor transforma ese gas en:
- electricidad,
- calor,
- o combustibles renovables para equipos térmicos.
En muchos ranchos, esto puede significar ahorros energéticos reales y medibles, disminuyendo la compra de gas LP, diésel o electricidad de la red.
4. La oportunidad: convertir el problema en valor
Aquí es donde la tecnología cambia todo.
En IGBiogas diseñamos sistemas que convierten el estiércol en:
- energía renovable (biogás) para procesos térmicos o eléctricos,
- biofertilizante de alto valor agronómico,
- agua tratada reutilizable para corrales o riego,
- reducción de olores y mejor convivencia con el entorno,
- menor carga orgánica descargada en lagunas o cuerpos de agua,
- menos multas y riesgos ante inspecciones ambientales.
El rancho gana eficiencia, sustentabilidad y cumplimiento, sin dejar de hacer lo que mejor sabe hacer: producir.
5. Tecnología clave: sistemas de separación y biodigestión
El corazón de una solución moderna de manejo de estiércol se basa en dos etapas principales:
Separación de sólidos
La separación sólido-líquido permite:
- generar una fracción sólida más seca, fácil de manejar y aprovechar como fertilizante orgánico,
- obtener una fracción líquida más homogénea y adecuada para alimentar un biodigestor.
Biodigestión anaerobia
La fracción líquida entra a un biodigestor, donde:
- se produce biogás (mezcla rica en metano),
- se reduce la carga orgánica hasta en un 95 %,
- se genera un digestato que puede utilizarse como fertilizante.
Este proceso cierra el ciclo de los residuos, reduciendo el impacto ambiental y generando valor.
6. Beneficios para el rancho (medibles y directos)
Entre los beneficios más importantes para el productor se encuentran:
- Menor consumo de agua limpia gracias a la reutilización.
- Reducción de olores y quejas vecinales.
- Disminución de multas ambientales por descargas fuera de norma.
- Cumplimiento con normas de descarga y mayor tranquilidad ante auditorías.
- Energía renovable que reduce la compra de combustibles fósiles.
- Fertilizante natural para mejorar suelos y cultivos.
- Operación más limpia y profesional, alineada a las nuevas exigencias del mercado.
7. La ganadería moderna exige tecnología moderna
Los retos ambientales, la escasez de agua y las nuevas regulaciones ya no permiten seguir operando como antes. Los compradores, las autoridades y las comunidades exigen prácticas responsables.
Los ranchos que integran sistemas de biogás y manejo de residuos no solo cumplen con la ley: se vuelven más rentables y resilientes.
Conclusión
El estiércol ya no debe verse como un problema inevitable. Es una fuente de energía, agua reutilizable y fertilidad que puede transformar la operación ganadera.
En IGBiogas ayudamos a los ranchos a convertir ese “problema” en un activo productivo y sostenible, con soluciones adaptadas a la realidad del campo mexicano.